Hernán Cortés (1485 – 1547)

El historiador francés Bartolomé Bennassar define a Hernán Cortés como a un personaje « fuera de lo común ». La leyenda negra hace de Cortés uno de estos conquistadores codiciosos y crueles. La realidad es mucho más compleja.

Hernán Cortés nació en 1485 en Medellín (Extremadura) en una familia de pequeña nobleza, pobre. Sin embargo consiguió empezar la carrera de Derecho en la prestigiosa Universidad de Salamanca. Pero no terminó y, como muchos jóvenes de aquella época, se dejó atraer por el Nuevo Mundo. Así es como se encontró en Cuba , secretario del gobernador Diego Velázquez (1511). En 1518, sin el consentimiento del

gobernador, emprendió una expedición de descubrimiento a Yucatán. Allí se percató de la existencia de un gran Imperio, el de los Aztecas merced a doña Marina (la Malinche o Malintzin, una joven quien hablaba la lengua de los Mayas y también la de los Aztecas y quien no tardó en aprender el castellano).
Para impedir cualquier intento de retorno, quemó sus naves y se dirigió con sus tropas (quinientos soldados pero con caballos y artillería) al norte hacia la misteriosa Tenochtitlán, capital de los Aztecas. Conforme iba avanzando concluía alianzas con las diferentes tribus que no soportaban el yugo azteca y así pensaban librarse de él.

El día 8 de noviembre de 1519, Cortés entró en México-Tenochtitlán y tuvo lugar el primer encuentro con el emperador azteca, Moctezuma. Cortés se maravilló al ver la gran Tenochtitlán, « tan grande como Sevilla y Córdoba ». Las primeras relaciones entre españoles y aztecas parecen haber sido pacíficas, los aztecas considerando a Cortés como la incarnación del dios Quetzalcoatl. ..

Cortés tuvo que ir hacia el sur con parte de sus tropas para oponerse a las tropas que el gobernador Diego Velázquez había mandado contra él.
Cuando regresó a México se dio cuenta que las relaciones entre los españoles y los aztecas habían empeorado a causa de la codicia de los conquistadores y de su afán por evangelizar y convertir a los aztecas a la fuerza. En aquel contexto se sitúa la « noche triste » (30 de junio de 1520) en la que parte del ejército de Cortés tuvo que huir de México abandonando a no pocos españoles quienes fueron sacrificados a los dioses aztecas.

Por fin el 13 de agosto de 1521, Cortés se apoderó de México, poniendo fin al imperio Azteca. Cortés se fue a América Central ( Honduras) para conquistar nuevos territorios, dejando México en manos más malintencionadas que las suyas.
En 1528 el emperador Carlos V le convocó en España para que se justificase. Absuelto, recibió el título de “Marqués del Valle” , toda clase de honores y pudo regresar a México para administrar sus bienes pero nunca obtuvo ser nombrado gobernador de México.
Decepcionado regresó a España y participó en la expedición de Argel que fue un fracaso y murió en 1547.